sábado, 29 de marzo de 2008

Sobre lectura e Internet


Como profesores, y en su caso, futuros profesores de Letras, nos interesa la reflexión sobre el destino de nuestros amados libros en este nuevo contexto "tecnologizado".
En las clases, es una temática que siempre surge de múltiples maneras en nuestras conversaciones.
Para abonar esos intercambios, quiero compartir con ustedes un interesante artículo que leí esta mañana en la revista cultural del Diario La Nación.
En realidad, se publicaron varios que tienen su eje en la temática de Internet.
Desde el link que les dejo al artículo que seleccioné, podrán acceder a los restantes.
Es importante aclararles que, tanto la nota elegida como las demás, quedan a su disposición para cuando deseen y puedan disfrutarlas.
Y digo "disfrutarlas" porque, cualquiera sea el tipo de texto del que se trate, siempre se goza de la buena escritura, en este caso en textos periodísticos.
En resumen, ideas sugerentes y bien presentadas es lo que encontrarán en estas lecturas.

¡Buen fin de semana!

"Internet y la lectura"






2 comentarios:

Leandro C. Arce dijo...

Hola, Ale:
Perdón por la intrusión, pero me gustó mucho el artículo y quiero dejar mi impresión. Acabo de postear un comentario sobre el mismo tema en la página de Stella. La cuestión acerca de si el libro desaparece o no es una cuestión de soporte o, lo que es lo mismo, de cáscara... Seguramente, los formatos electrónicos que hoy están disponibles, también van a ser superados no muy lejos en el tiempo... Pero la escritura y la lectura van a seguir existiendo... lo importante es que surgen nuevas formas de relación entre el escritor y la escritura, entre la escritura y los lectores, y entre los lectores y el goce de la lectura.
Creo que el punto de vista es distinto... Se me ocurre esta idea: si los jóvenes de hoy no leen tantos libros en soporte papel es porque ese soporte se va mostrando cada vez menos adecuado a su forma de intelección del mundo, en la que lo tecnológico es una parte importante de la vida cotidiana. Tomando el ejemplo del artículo, es cierto que parece difícil imaginar una anciana bajando un libro de Internet, pero también es cierto que sí es posible imaginar a un chico de 15 años haciéndolo, con total naturalidad. Me parece que lo que está ocurriendo es que los soportes se están adecuando a una nueva forma de leer, a una nueva forma de pensar y de imaginar.
En suma, creo que no es conveniente dar lugar a esos vaticinios apocalípticos que adelantan la muerte del libro... al contrario, el libro está en franca evolución y nosotros somos partícipes privilegiados de ese momento. Y, por eso mismo, por nuestra función de mediadores y promotores de la lectura, tenemos la obligación de acompañar esa evolución, estar atentos a las fases de esa metamorfosis, que -al menos a mí- me parece apasionante.
Quienes adoptan esa postura combativa son los que se resisten a un cambio a todas luces irrefrenable... ¿No será que estos dinosaurios no quieren ceder su lugar de acaparadores de la palabra?
Bueno, lo que dejo acá son sólo ideas sueltas... que van fluyendo en un lugar nuevo y que antes hubieran muerto en un comentario con un amigo... no sé si valen la pena, pero ahí están y sin dudas habrá alguien que está de acuerdo y otros tantos, en desacuerdo... Lo interesante es que aquí están y generan nuevos sentidos... se contradicen... se refunden... se reproducen... ¿No es eso impagable?

Alejandra Marquez dijo...

Hola Leo:
Antes que nada todos los comentarios son siempre bienvenidos.
Desde mi punto de vista, cada entrada que se ingresa en el blog es de algún modo, una conversación que se instala y que -como sucedió ahora- puede retomarse en cualquier momento.

Coincido con tus ideas sobre las transformaciones en los actos de leer y escribir, de las cuales estamos participando -incluso en este mismo acto de comunicarnos mediante el blog, por ejemplo. A través de él, en este intercambio que tenemos ahora mismo nos "leemos/escribimos" en un entorno singular tanto en su estructura como en su funcionalidad comunicativa.
Siguiendo con el ejemplo que tomé, la tecnología nos da la posibilidad de un manejo distinto del tiempo y del espacio. En tal sentido,como vos señalás aparecen nuevos modos de vínculo con lo que se lee/escribe en relación con dichas variables.
De hecho, vos mismo decís que en otras circunstancias estas palabras que hoy tiene un curso distinto, un espacio diferente,"hubieran muerto en el comentario con un amigo".
Creo que tu metáfora, apunta a valorar las posibilidades que brindan las nuevas tecnologías:abrir espacios de expresión y de construcción colectiva de ideas.

Coincido con vos también en que es poco probable que asistamos al "funeral" del libro.
Y me pliego a tu interrogante con esta pregunta: ¿por qué aferrarnos a la idea de que ese valioso objeto cultural que acompañó y fue testigo de gran parte de la historia de la cultura de la humanidad,no modificará su lugar en relación con otros?

Creo que debemos poner en diálogo las formas de difusión del pensamiento y la cultura ya consagradas con las nuevas.
Es muy probabale que no sólo enriquezcamos el conocimiento de cada una de ellas, sino que descubramos las continuidades que sostienen a todos los grandes cambios estructurales.
Para profundizar las ideas en esta última línea que abro, te recomiendo un artículo titulado "LOS VIEJOS LENGUAJES EN LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS". Allí la autora desarrolla sugerentes ideas en torno a muchas de las cuestiones que conversamos, aunque desde una perspectiva diferente. Creo que puede interesarte.
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