viernes, 22 de octubre de 2010

Clases finales: reflexiones y balance

Luego de varias semanas de intenso trabajo en las aulas, hemos llegado al tramo final del proceso Práctica: la concreción de las clases finales.
Sin lugar a dudas, todo el camino recorrido hasta llegar a dicha instancia, como también el dictado mismo de la clase de cierre, han generado en cada uno de ustedes reflexiones y balances.
Los invito a que, a medida que cada uno va concluyendo con su última clase, comente  en este espacio  las reflexiones y/o conclusiones que hayan realizado a lo largo de la experiencia de la Práctica. Por supuesto, también incluyan en su relato la experiencia de la clase final. 
Será muy interesante socializar todo con los demás los miembros del equipo (compañeros y docentes coordinadores)

 ¡No dejen de intervenir y participar !

10 comentarios:

Cyntia dijo...

¡Hola a todos! Personalmente, este proceso de las Prácticas es el que empeño tuve que poner en la carrera, porque me costó mucho demostrar mis capacidades como docentes. Cada una de las etapas dejó una huella diferente en mí. En el ensayo grupal, tuve que sortear dificultades, como por ejemplo ser un poco más espontánea.
Por eso,en la siguiente etapa que fue residencia, tuve un poco de miedo porque no sabía cuál podía ser la reacción de chicas de 14 años ante una practicante.
Sin embargo, desde el primer día me sentí muy cómoda en el curso que me tocó (9º año "D"- Cristo Rey)
Gracias a las sugerencias de los coordinadores que me guiaron en ambas etapas, pude mejorar aquellos aspectos que me faltaron pulir.
Mi clase final salió dentro de todo como me lo imaginé. Pero ¡es inevitable tener nervios! Es la última vez que te evalúan y cada uno de nosotros quiere demostrar lo mejor de sí.
En mi caso, "me aceleré" "iba a mil por horas" (jeje)
Me jugó en contra que ese día antes de entrar a clases leyeron palabras alusivas al 12de octubre, así que no tuve los 80 minutos completos.También,tenía mucha tensión porque me estaban observando todos los profesores y dos chicos de tercer año, ¡me controlé lo que más pude! para que la clase saliera bien.
Como balance,siento una gran satisfacción por todo lo que avancé y logré.
Bueno, a los chicos que faltan dar su clase final les deseo lo mejor, ¡Muchos éxitos!

Silvia Tapia dijo...

Buenas noches, profesores y compañeros. Quiero contarles mi experiencia en la clase final que fue el 6 de octubre. Yo realicé la etapa de residencia en el 8vo “D” de la escuela preuniversitaria Fray Mamerto Esquiú. El tema de mi clase final fue de gramática: la clasificación de oraciones según la estructura: La oración bimembre y unimembre. Fue un desafío para mí abordar un tema de gramática en esa clase. Sólo había dado en la clase de revisión, durante el proceso de escritura, algunos temas de gramática en uso, pero no pensé que en la instancia final cerrara el proceso con un tema como el asignado. Sin embargo, me sentí muy orientada y apoyada por mi coordinadora y trabajé con una reseña de la película Furia de Titanes, film que había utilizado al principio del proyecto acerca de mitos y epopeyas. Considero que alcancé, relativamente, los objetivos que me había propuesto para esa clase.
Durante todo el proceso de residencia viví momentos de mucha ansiedad, a veces me sentía algo triste. En otras oportunidades me sentía más fuerte y consideré que podía ofrecer a mis alumnos lo mejor que estuviera en mis manos y en mis posibilidades. Creo que ellos fueron los que más me dieron ganas para avanzar en este proceso o en esta parte de mi formación. También mis compañeras de la etapa grupal fueron un baluarte para mí. Me alentaban, me sugerían ideas para las clases, no perdimos contacto durante la residencia. También mi coordinadora, la Prof. Rina, siempre estuvo alerta para aconsejarme en todo aquello que debía pulir y mejorar. En esta etapa descubrí una parte de mí que no conocía y que al principio no me agradó, pero que ahora soy consciente de que puedo mejorar, con empeño y con tiempo de ejercicio, si Dios me lo permite. Bueno, quería contarles esto. Deseo a mis compañeros muchos éxitos para sus clases finales. Les envío un saludo cordial a todos. Silvia T.

Andrea Pereyra dijo...

¡Hola! Me uno a las chicas para compartir mi experiencia en la residencia. Lo primero que se me viene a la mente son las diferentes emociones por las que pasé. Al principio me costó mucho adaptarme al grupo. Las primeras clases fueron difíciles porque un grupo era un poco indisciplinado y eso complicaba todas clases. Pero logré hablar tranquila con ellas, separarlas y seguir adelante, así encontré la armonía que necesitaba para no sufrir cada vez que entraba al curso. Realmente salía agotada de cada clase y con los nervios de punta. Tenía la sensación de que nunca iba a lograr hacer todo bien, siempre acertaba en dos o tres cosas pero tenía que mejorar como diez... Cada sugerencia fue muy útil y me hizo mejorar en muchos aspectos, me di cuenta de lo exigente que soy conmigo y cómo no me permitía ningún error (eso me costó 10 kilos de angustia). Pero el tiempo fue pasando y me fui relajando de a poco. Me esforcé al máximo, di lo mejor de mi y la gratificación mas grande fue el cariño de las chicas y saber que algo habían logrado aprender en el tiempo que pasamos juntas.
La clase final la viví con una mezcla de frustración y decepción. Ese día estaba muy enferma, muy nerviosa (jamas sentí tanto miedo) y todo eso me jugó en contra. Las chicas me ayudaron muchísimo y todo fue saliendo muy bien hasta que llegaron los últimos cinco minutos.
No lograba escucharlas porque estaba muy congestionada, así que gritaba como loca. Tenía que lograr que hicieran una reflexión bastante complicada sobre el tema, y a pesar de haber estudiado cada pregunta que iba a hacer y saber cómo guiarlas, en ese momento me puse terriblemente nerviosa. Sentía que no tenía mas voz, las preguntas se me fueron de la mente, las que hice las confundieron mas a las chicas y cuando ya nada podía empeorar, comencé a llorar. Así de bochornoso como se lee. Fue horrible, sentí mucha vergüenza pero no pude evitar. Pensé que no podía arruinar así la clase, sentí mucha decepción conmigo misma...
Igualmente nada es tan terrible como parece, las devoluciones fueron muy buenas y terminé conforme porque hice lo mejor que pude. Todo me sirvió muchísimo, fue un aprendizaje enorme desde el primer momento hasta el ultimo. El cariño de las chicas, las buenas observaciones, los logros, las lagrimas, todo valió la pena. Hice cosas de las que nunca me sentí capaz y me demostré hasta dónde podía llegar. Descubrí que me encanta enseñar, que puedo hacerlo y que todos los días se aprende y se mejora.
Estoy muy agradecida con mi coordinadora de la etapa de ensayo y con la de la residencia, mis logros son también de ellas. Creo que esta materia nos cambia por completo y es una experiencia que deja marcas en nosotros.
No los aburro mas, je. Muchísimo éxito a los chicos que faltan por terminar. Felicidades a las que ya lo hicieron.

Elizabeth dijo...

¡Hola a todos, tanto tiempo!. Lo bueno de todo es que nos reencontramos en la etapa final de la Práctica, la culminación de las clases modelos.
Si tengo que recapitular mi recorrido, debo decir que el período de ensayo fue mi “preparatoria” para lo que se venía, la residencia. El ensayo significó para mí mucho más que un primer momento en este recorrido, en realidad fue el punto de partida para saber qué era capaz de hacer, y hasta dónde era capaz de llegar. Nuestro coordinador, el profesor Marcos, siempre nos resaltó que este era el momento no sólo para dar lo mejor de nosotros sino también para aprender de nuestros compañeros, y así fue.
A diferencia de la etapa de ensayo, mi residencia transcurrió en la escuela preuniversitaria Fray Mamerto Esquiú, en un 9º B. No voy a olvidar el primer día que entré al curso. Recibir el afecto de la profesora Norma y de los alumnos, era todo lo que esperaba. Ver a mi coordinadora (profesora Rina) fue tomar conciencia que esta nueva etapa estaba por comenzar y, sobre todo, que ahora debía enfrentar un grupo yo sola. A partir de ese momento, quise mostrar lo mejor de mí y gracias a Dios, lo logré. Por supuesto que como todos los que atravesamos la Práctica, también tuve mis altibajos.
El día que la profe. Rina me dijo que daría mi clase modelo el 8 de octubre, no lo podía creer, el tiempo había pasado tan rápido y me había encariñado tanto con mis alumnos (aunque nunca fui muy demostrativa). Quería que todo empezara de nuevo, sobre todo porque no quería dejar lo que hacía poco había empezado, además, me había dado cuenta que estaba segura de que anhelaba ser Profesora de Letras. El tema de mi clase final era: El romance. Fue hermoso; los chicos participaron activamente aunque no lo de costumbre pero reconozco que yo, creo que por el desvelo, tampoco tuve las energías que solía tener. Sin embargo, pude recoger los frutos de lo que había sembrado con tanto sacrificio. Todo esto fue posible gracias a mis alumnos, a mi coordinadora que jamás me abandonó y estuvo atenta a mis dificultades, a la profesora Norma que me alentaba en todo momento y a todos los profesores que conforman el equipo de la Práctica porque fueron ellos los que vieron en mí ciertas condiciones y me permitieron descubrir en mí cualidades que jamás había revelado.
Aprovecho este medio para agradecer a Silvia y Eliana (compañeras en la etapa de ensayo) por ayudarme cuando lo necesité y apoyarme en todo momento. También a la profesora Rina, mi coordinadora, por atender mis curiosidades y acompañarme en todo momento no solo como coordinadora sino como una madre, y a todos los profesores que me guiaron en este recorrido porque gracias a ellos aprendí, como me dijo la profe. Maria Elena, que a los alumnos no hay que dejarlos solos sino guiarlos para que tomen el camino correcto.
Dios y la virgen me permitan seguir mejorando. Opino como los demás chicos, esta experiencia nos cambia por completo y deja en nosotros huellas inexplicables.
Mucha suerte para aquellos que faltan culminar. Un saludo para todos.Elizabeth Vaquinsay

Anónimo dijo...

¡Hola a todos! Culmina la etapa más importante en la carrera, en donde salieron a la luz nuestras condiciones como docentes, donde pudimos aprovehar al máximo todo lo positivo de nosotros y pulir aquello que nesesitó mejorarse.
Dar clase, sin duda alguna, es una experiencia única. Como todo lo bueno, generó muchas espectactivas pero a su vez muchos nervios,a veces incontrolables.
Creo que si tengo que hacer un balance de mi proceso diría que fue bueno.
Mi período de ensayo fue satisfactorio. Pude lograr el respeto y atención de un grupo bastante indisciplinado de 40 alumnas (2º A del Colegio Cristo Rey).Si bien, debía mejorar algunos aspectos, dí lo mejor de mí para superarlos y poder pasar al período de residencia.
En esta segunda etapa, al principio, me costó la planificación. Me resultó un poco difícil seguir sola después de haberme acostumbrado al trabajo grupal.Sin embargo pude superar esta dificultad. Como todos saben hace poco emprendí mi rol como mamá. Algo hermoso en mi vida pero que me quitó muchas energías. Soy consciente que en este período de residencia no dí un 100 por ciento de mí y que por ello surgieron muchos aspectos que debía mejorar. En cada una de las clases traté de hacer lo que más pude para superar esas dificultades. Mi beba, así como me quitaba energías, era también la razón para seguir adelante.
Agradezco mucho a la profe María Elena por haberme permitido seguir después de dar a luz a mi bebé. Agradezco también tanto a la Profe María Elena como a la profe Alejandra aquellos aspectos a mejorar que señalaron en cada una de mis clases porque éstos fueron, son y serán la base para que , al superarlos, pueda convertirme en un buen docente.
Esta etapa de la carrera sirvió para darme cuenta que nunca estuve equivocada en el camino que elegí, que ser docente es lo que realmente anhelo.
Deseo lo mejor para aquellos compañeros que están por dar ya sus clases modelo y deseo muchos exitos para quienes ya culminaron y van rumbo a obtener sus títulos como docentes. Cariños a todos. Laura Ulivar

Natalia dijo...

Hola a todos los que visitan este blog!!! Qué lindo fue poder leer los comentarios de mis compañeros, de una u otra manera me sentí identificada y me transmitieron mucha emoción.
Con respecto a mi proceso de residencia siento que fue muy bueno. En un principio me molestó y me dolió tener que esperar hasta este año para continuar con la práctica, pero sinceramente hoy estoy agradecida por la decisión que tomaron las profesoras en ese momento, creo que fue muy importante poder estar más tiempo en el aula , eso logró que yo obtuviese más confianza en mi.
Mi experiencia con los alumnos de 7mo “D” de la Fray fue excelente, desde el principio sentí una gran conexión con ellos, llegué a encariñarme mucho y creo que ellos también conmigo, ya que la semana siguiente de dar la clase final me hicieron llamar para darme un presente,Yy me dijeron cosas muy lindas. Fue un gesto muy lindo de parte de ellos.
Con respecto a la clase final, todavía no caigo de mi asombro ya que se dio con total espontaneidad y tranquilidad, no sentí nervios y pude disfrutarla como una clase más.
Creo que este año se dio todo para que yo pudiera mejorar mi desempeño en el aula, desde la Prof. del curso Marita, que desde un principio me tiró las mejores energías, los chicos, encantadores alumnos, mis primeros pasos con la prof Rina y finalmente con el prof Marcos que me ayudó mucho en mi proceso, ya que logró que empezara a creer más en mi y eso se notó en la planificación de las clases y en la seguridad que iba adquiriendo día a día en el desarrollo de las clases.
Muchas gracias a la Prof María Elena por sus palabras de aliento en la clase final, en fin un saludo muy especial a todos los que me ayudaron en este “largo” proceso. Un beso para todos

eliana dijo...

¡Hola compañeros y Profes! ¿Cómo están? Espero que muy bien. Bueno, paso a comentarles mi experiencia durante las Prácticas. Considero que este año me dejó muchas enseñanzas, pues aprendí que puedo dar más de lo que yo pensaba, que existen profes que más que profes son nuestras “Hadas Madrinas” y compañeros que te escucharán reír y llorar a cualquier hora.
Todos conocían mi situación de “Alumna Condicional” al comenzar a transitar por los caminos de las Prácticas, pero gracias a la Profe María Elena que me guió para superar cuanto obstáculo estaba en mi sendero o el Profe Marcos que accedía a darme clases de consulta sin importarle el horario o la Profe Rina que me permitió ser creativa en las clases, pude llegar hasta mi clase modelo. En la etapa de ensayo construimos un agradable equipo de trabajo, pues tanto el profe Marcos como mis compañeras (Silvia y Elizabeth) fuimos bastante exigentes y cumplíamos en tiempo y forma con nuestras obligaciones. Considero que el profe nos enseñó a ser alumnas, compañeras y profesoras. Ya en la Residencia tuve mucho miedo porque no iba a tener a mis compañeras apoyándome durante las clases, pues al mirar al escritorio ya no estarían ahí dándome aliento para que continuara. Pero en cierto modo me equivoqué porque muchas veces nos cruzamos en los pasillos o charlábamos por teléfono y me alentaban a continuar. En mi primera clase estaba muy nerviosa. La profe del curso, Norma, me abrazó muy fuerte y me dijo que todo saldría bien. Eso me tranquilizó mucho, pero cuando ingresó mi coordinadora los nervios regresaron. Gracias a Dios ese día la clase salió “redonda”. ¡Todavía no puedo creerlo! Los días fueron pasando y puedo decir que fueron muy agotadores, ya que siempre buscaba en bibliotecas, revistas, diarios, Internet, etc., materiales que incentivaran a los alumnos a estudiar y participar. En esos meses me encariñé demasiado con los chicos, tanto que hasta el día de hoy seguimos en contacto. Recuerdo cómo me alentaban durante mi clase modelo cada vez que me acercaba a un grupo, pues tuve varios tropiezos y ese día mis nervios me jugaron una muy mala pasada. Pero al recibir la devolución de los profes y las alentadoras palabras que me dijeron comprendí que no estaba tan errada al elegir esta carrera. Quiero terminar mi reflexión con un gran agradecimiento a los profes que integran la cátedra, pues sin ustedes hoy no estaría donde estoy. Profe María Elena, usted sabe cuanto la aprecio. No alcanzan las palabras para decirle cuanto agradezco su apoyo.
Gracias por proporcionarme enseñanza y colmarme de alegría, pues termino el año con una gran satisfacción. Éxitos a los chicos que faltan y felicitaciones a quienes ya dieron su clase modelo.

Cariños…
Ely Romero

Alexi dijo...

¡Hola a todos! ¡Al fin concluímos con las Prácticas! Ha sido una ardua tarea. Leí muchísimo y he aprendido un montón de cosas.
Todos conocen nuestro accidentado primer ensayo. No nos detuvo. Hemos trabajado el doble con el segundo y ya vimos los resultados.
Cuando entré a la residencia noté que los alumnos eran muchísimo más disciplinados que los anteriores. Un curso brillante, dinámico, participativo y que día a día exigían más.
Mi residencia tuvo dos momentos: el primero fue grato, disfruté mucho de mi relación con los alumnos y de mi seguridad frente al aula. Pero, en el segundo, ya estaba muy cansado. El año se me hizo eterno. Sentí más inseguridad y menos ganas.
Además, y éste ha sido tema de largas charlas con mi coordinadora, no he sido yo dando clases; he formado una imagen diferente frente a los alumnos: más frío, calculador e incluso aburrido. Seguramente, tuvo que ver con la auto exigencia para no volver a cometer errores pasados.
Sin embargo, llegué a la clase modelo. Puse todo de mí y concluyó bien. Tuve miles de percances: una alumna se descompone, entraron 3 profesores distintos para sacar mis alumnos a una exhibición, alumnos de mal humor porque estaban desaprobados en Educación Física por mi culpa, estuve sin internet, tuve errores en el plan y las conclusiones fueron malísimas. Pero, pensar que en que había terminado trajo paz a mi trabajo final.
Agradezco profundamente a la profesora Rina que me coordinó y que acompañó todo mi proceso evolutivo. También, a Enrique Martí y a Mar Herrera que compartieron conmigo lo duro de no aprobar el primer ensayo.Hemos logrado establecer lazos de amistad y compañerismo necesarios para transitar este camino.
Ahora, me quedo con muchas ganas de empezar a trabajar y de explotar toda la potencialidad que quedó en el tintero.
Saludos! :)

Alexi dijo...

¡Hola a todos! ¡Al fin concluímos con las Prácticas! Ha sido una ardua tarea. Leí muchísimo y he aprendido un montón de cosas.
Todos conocen nuestro accidentado primer ensayo. Esto no nos detuvo. Hemos trabajado el doble con el segundo y ya vimos los resultados.
Cuando entré a la residencia noté que los alumnos eran muchísimo más disciplinados que los anteriores. Un curso brillante, dinámico, participativo y que día a día exigía más.
Mi residencia tuvo dos momentos: el primero fue grato, disfruté mucho de mi relación con los alumnos y de mi seguridad frente al aula. Pero, en el segundo, ya estaba muy cansado. El año se me hizo eterno. Sentí más inseguridad y menos ganas.
Además, y éste fue tema de largas charlas con mi coordinadora, no he sido yo dando clases; he formado una imagen diferente frente a los alumnos: más frío, calculador e incluso aburrido. Seguramente, tuvo que ver con la auto exigencia para no volver a cometer errores pasados.
Sin embargo, llegué a la clase modelo. Puse todo de mí y concluyó bien. Tuve miles de percances: una alumna se descompone, entraron 3 profesores distintos para sacarlos a una exhibición, alumnos de mal humor porque estaban desaprobados en Educación Física por mi culpa, estuve sin internet, tuve errores en el plan y las conclusiones fueron malísimas. Pero, pensar en que había terminado trajo paz a mi trabajo final.
Agradezco profundamente a la profesora Rina que me coordinó y que acompañó todo mi proceso evolutivo. También, a Enrique Martí y a Mar Herrera que compartieron conmigo lo duro de no aprobar el primer ensayo.Hemos logrado establecer lazos de amistad y compañerismo necesarios para transitar este camino.
Ahora, me quedo con muchas ganas de empezar a trabajar y a explotar toda la potencialidad que quedó en el tintero.
Saludos! :)

Enrique Martí dijo...

Hola, profes y compañeros!Me demoré un poco para dar mi parecer en este espacio ya que fui el último en dar la clase modelo, este viernes pasado. Terminé esta etapa con un sentimiento muy positivo. La práctica fue un proceso largo y árduo para mí, con un ensayo que se duplicó, lo que hizo que mi residencia se desarrollase con el apremio del tiempo.
La extensión de mi ensayo fue muy útil para solidificar algunas cosas antes de enfrentarme a un curso solo. Agradezco mucho la conducción de la profe María Elena en la segunda etapa del ensayo, ya que ella me ayudó a eliminar temores y problemas de seguridad que me habían quedado de la primera etapa (es increíble lo bien que hace una valoración constructiva cuando uno está aprendiendo a caminar). Luego empecé la residencia en "La Fray". Allí conocí un curso genial del que me enamoré de inmediato. Los chicos se apegaron a mí desde el primer día. Si bien era estresante el hecho de lograr confeccionar buenos planes, atractivos, dar clases en ningún momento me resultó pesaroso, al contrario, me sentía renacido. Puedo decir que logré encontrarle el "gustito" a esta actividad, y sin dejar de ser yo mismo, sin fingir una rigidez que nunca me nació.
Agradezco profundamente la coordinación en esta etapa a la profe Rina, quien a parte de cumplir su rol de guía, me aportó el apoyo maternal incondicional que es indispensable en un proceso tan crucial como éste. Además de pedagogía, me enseñó el compromiso ético que debe existir entre el docente y el alumno. No sólo nos instruyó en lo disciplinar, sino que nos fortaleció anímica y humanamente.
Mi clase modelo fue tranquila: llegué y me encontré con las profes María Elena, Rina y Norma (la dueña del curso), y me tranquilicé muchísimo. Luego llegaron los chicos, y todo fue sobre rieles. Tuve la suerte de tener un grupo bullicioso y ultra participativo que nunca dejó de interesarse en mis propuestas.
Realmente, luego de este largo camino, tengo la tranquilidad de que tanto sacrificio no fue en vano. Gracias a mis coordinadoras y al apoyo de mis compañeros de ensayo y amigos, Alexi y María del Mar, pude llegar al final y hacer un balance positivo. Ahora miro la docencia con ansiedad y muchas esperanzas. Hasta pronto gente!Saludos!